¿Qué sabemos realmente del amor?
Todos hemos oído hablar de el y con seguridad que todos nos hemos enamorado alguna vez, unas veces con mas fortuna y otras con menos. Amor, bello sentimiento y causa de los mayores tormentos.
Me enamore varias veces, pero solo una ha sido la verdadera, un amor que no pudo ser, un amor del que nunca pase página y ahora me veo en la imperiosa necesidad de hacerlo.
Me enamoré de ella desde el primer día que la vi, desde ese primer momento ella ha sido, es y será mi único y gran amor. Con ella me estrene en el amor, con ella fueron mis primeros besos, mis primeras caricias, mis primeros abrazos. Le entregue mi corazón y mi alma porque la quería mas que a nada en este mundo, pero el destino nos tenia preparado caminos diferentes. Pude ver y comprobar como poco a poco lo nuestro se distanciaba hasta terminar cada uno por su lado. Fue duro, muy duro, sufrí mucho, derrame muchas lágrimas, perdí las ganas de vivir y pese a todo no tuve mas remedio que acostumbrarme a estar sin ella, a rehacer mi vida y seguir adelante. Construí una vida nueva llena de amor, cariño y complicidad, pero, aunque es una vida feliz añoro aquello que un día tuve y no pudo ser.
¿Por qué el destino es tan cruel?
Quiso el destino que nos reencontráramos después de años sin saber el uno del otro. Fue un reencuentro intenso, agradable, cargado de sentimientos, cargado de amor y de deseo, pero solo fue el reencuentro de dos amigos que hace años que no se ven.
Es en este punto donde quizás me pueda atribuir toda la culpa de lo que a continuación sucedería.
Comenzamos a hablar en la distancia, cada vez con mas asiduidad, recordamos viejos tiempos, nos contamos nuestras vidas, nos pedimos perdón por el daño que nos causamos mutuamente y con el paso del tiempo cometí la torpeza de decirle que aun la quería, quizás lo hice inconscientemente, o quizás deseaba que supiera que no la había olvidado, pero lo cierto es que así sucedió. Eso dio pie a que ella también confesara su amor por mi y casi sin darnos cuenta comenzamos una relación en la distancia, pero esa sabía a poco y buscamos la forma de vernos en persona. Aquel encuentro fue lo más mágico y especial que se pueda imaginar, charlamos, nos abrazamos y nos besamos con todo el fuego de una pasión contenida durante años.
Se sucedieron más encuentros, mas abrazos y mas besos, besos cargados de amor, de sentimiento de deseo. Cada encuentro era mas intenso que el anterior hasta que confesamos nuestras ganas de entregarnos el uno al otro.
Sucedió, fue el momento más especial de todos, un momento mágico, lleno de caricias, besos y amor, me entregue a ella con todo mi ser, con toda la pasión y todo el amor que sentía por ella y aunque ella solo entrego su cuerpo y no su amor, aun así, para mí fue la culminación del amor que sentía por ella.
Todo fue maravilloso, pero no duraría, algo cambió ese día, por mas intentos que hice por volver a revivir aquel momento siempre me encontré con una excusa, a veces inverosímil y otras creíble, pero excusas, al fin y al cabo.
Lo hable con ella, le expuse todo con total claridad, pero no me hablaba con sinceridad, solo me decía las verdades a medias y eso duele mucho, eso hace mucho daño.
Supe que ella mantenía una amistad con otro hombre por redes sociales, ella me lo dijo, pero en ningún momento pensé que fuera serio.
Con el paso del tiempo y charlando con ella pude comprobar que estaba totalmente enamorada de ese hombre, así que he decidido alejarme para que ella pueda hacer su vida con él.
A estas alturas he de decir que ella no tiene pareja, pero yo si soy casado.
Ella no quería que me alejara, pero me dejó muy claro que solo seriamos amigos, aunque curiosamente me dijo que mi presencia la confundía. Eso duele, duele mucho, pero es una situación en la que yo no puedo darle lo que ella quiere por muy enamorado que este de ella, yo me debo a mi matrimonio y a mi familia.
Ahora me queda un enorme vacío, una escalofriante ausencia de su presencia, de su ser, de su amor, de sus besos, de sus caricias, de sus abrazos….
Fui un mal amigo al interponer el amor a la amistad, pero que podía hacer si estoy perdidamente enamorado de ella, siempre lo estuve y lo seguiré estando mientras viva, pero ahora tengo como firme propósito pasar página con ella para siempre.
Guardare el amor que siento por ella en el lugar mas profundo de mi corazón, lejos de la puerta para que no pueda salir de ahí nunca más. La seguiré amando en silencio y en la distancia por siempre, así debe ser.
No le pediré verla, ni abrazarla, ni besarla nunca más, aunque mi amistad siempre la tendrá para cuando la necesite. Espero que sea muy feliz de nuevo con ese nuevo amor que ella se niega a admitir, de todo corazón que me alegro mucho por ella.
Anhelo sus labios, sus besos que saben a amor, sus abrazos, su cuerpo, su sonrisa, su ser, anhelo todo de ella. Ahora mis besos no son besos si no es ella quien me los da, el cuerpo que acaricio no es su cuerpo, y el amor no es amor sin ella, pero es la vida que debo vivir, se lo debo a mi familia.
Gracias por haber formado parte de mi vida, te quiero y siempre te querré, adiós princesa.
Aquí siempre tendrás a un amigo.
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