Amor imposible, pero posible.

Agustina nos envía su historia de amor, un primer amor de cuento de hadas, donde el «príncipe» se enamora de la «plebeya» y viven su feliz amor, un amor imposible,pero posible.

Él cantaba en una banda, yo ansiaba verlo. Cuando llegó el mi turno de sacarse la foto con los chicos, fue él quien me abrazó y me dijo que esperara a que él termine con lo suyo. En ese momento yo tenía 15 años de edad, y él 16. Lo amaba profundamente.
Estuve esperando con mis amigas mayores (yo era la menor) que él se acercaba a decirme lo que quería, y porqué me hizo esperar; después de 30′, por fin se acercó, mis amigas, un poco temerosas, me dejaron a solas con él. Él me dijo que jamás había hecho lo que iba a hacer, y que hasta le asustaba un poco la idea de decirme lo que precisaba.
Cuando por fin se decidió, me dijo que yo era el tipo de chica que le gustaban, y que si yo quería, podíamos tener citas para conocernos, acepté muy emocionada, y como no llevaba mi celular por motivos de seguridad, fui yo la que le pasé mi número.
Al otro día me preguntó si quería que nos encontremos en un lugar no tan público, yo no estaba tan segura, hasta llegué a pensar que me secuestraría. Le comenté que iba a la escuela a esa hora de la tarde, a lo que él me respondió que tal vez sería otro día y que antes de él volver a Puerto Rico (era originario de Cuba, pero vivía ahí) me avisaría. Me sentí como una tonta, a lo cual le respondí que faltaría para volverlo a ver. Él muy emocionado me pidió que eligiera horarios y lugar. Le dije que podíamos ir a las 14:30 a un lugar donde había gente, pero no a montones, y que podíamos pasar desapercibidos. Él tenía que intentar ocultar su rostro o tratar de hacer algo para no ser reconocido. Cuando lo vi sentado en el banco de la plaza de la ciudad, medio cabizbajo, con un pañuelo cubriéndose la mitad de su perfecto rostro, mi corazón saltó de la emoción y me abalancé corriendo hacia él, dándole un muy fuerte abrazo; él se asustó mucho porque no me había visto llegar.
Ese día, tomamos un café, me habló de su vida, yo de la mía, me hizo regalos, y acordamos vernos el fin de semana, acepté.
Él viernes, después de la escuela, nos vimos por un rato, ya que debía irme y mis compañeros podían sospechar algo que no era. Al otro día nos encontramos donde fue nuestra primera cita, mis amigas me cubrían con mi madre. Él me pidió que sea su novia, dije que ¡SI! sin dudar. Pasaron los días y él seguía siendo el mismo tierno que es hasta el día de hoy. Nos veíamos a escondidas en lugares públicos. Llegó el momento en que su gira terminó por mi país (Argentina) y él debía volver; para ese entonces yo estaba tan enamorada de él que me puse demasiado triste, además de haber sido mi primer amor verdadero. Él me propuso que vaya con él, pero no podía dejar a mi familia, además de ser menor, necesitaba el permiso de mi madre y otros trámites de Visas y esas cosas. Él se fue, mi corazón se me rompió en mil pedazos, ya no era la misma; estaba triste, muy triste, necesitada de su amor, decepcionada, deprimida… Pasaron cuatro meses y me mandó un mensaje, diciendo que me extrañaba, que estaba enamorado de mí, que me necesitaba, yo lo necesitaba. Nuestro amor era imposible, él era cantante, yo una chica normal, común y corriente. Logré convencer a mi madre, contándole toda la historia, hasta cada mínimo detalle, literalmente. Quedamos en que nos mantendríamos en contacto, se hicieron los trámites y pude viajar al terminar la escuela.
Por un lado, estaba feliz de estar con la persona que amaba, mis sueños se hacían realidad, pero por otro estaba triste, estaba dejando a mi familia, mis amigos, la escuela de toda la vida; yo estudiaría allá y volvería en las vacaciones a pasar tiempo con mi familia. Él tiempo pasó, él me trataba con la misma dulzura que el primer día, con él fue mi primera vez, con él fue todo, viví como la reina que él decía que yo era. Lo amo, estoy tan feliz a su lado, y esperamos a tener 24 y 25 para casarnos, en este momento tenemos 20 y 21. Siento que encontré al amor de mi vida…