Desgarradora la historia que nos manda una de nuestras lectoras. Un amor que nace de una mentira y que con el tiempo se convierte en el amor de su vida, pero esa mentira terminará por destruirlo. Una historia real que nuestra amiga prefiere contarla de forma anónima.
Todo comenzó años atrás, él un padre soltero, yo con una hija muy pequeña. Nos contactamos porque yo había dejado mi número telefónico por chat para amistad. Un lunes de mañana en mi celular un mensaje desde unos cuantos kilómetros llamaría mi atención.
Él me envió su foto yo la mía. Le parecí bonita me dijo. Hacía tiempo no me decían eso, entonces después de días de mensajearnos, decidí decirle que me había enamorado… era mentira. Pero él se entusiasmó y me creyó, entonces me dijo: Estas haciendo que piense en vos. Y mi corazón se quedó como suspirando. Yo no era la indicada para él, a pesar de mi rostro lindo, ocultaba mi cuerpo relleno por miedo al rechazo. Pasó un año de llamadas de mensajes dulces, un día le dije nuestro amor está
creciendo y él respondió, estoy muy enamorado, por dentro lloraba porque la fuerza de nuestro amor me arrastraba y por fuera lágrimas porque le había mentido respecto a mi cuerpo al mandarle una foto de lejos de mi hermana, que era delgada. ¿Cada día me preguntaba qué haría con mi mentira? Que haría con el amor que en mi había nacido, que no podía contarle mi verdad. Pasaron 6 años él se convirtió en el amor de mi vida y yo en el suyo cada día lo amé pero había conocido a alguien más y debía respetarlo. Se me hacía tan difícil no pensar en él. Finalmente desaparecí, sufrí tanto, aun anhelo encontrarlo pero nunca pasará, yo lo amé y sentí su amor, sentimos una fuerza que nos unía. Entre tantas lágrimas leí sus últimos mensajes y los borré como si estuviese matando mis sentimientos. Sentimientos que nunca volví a tener por otro hombre. Aun te amo estés donde estés, perdón.