Elizabeth nos cuenta hoy su historia, una triste historia en la que perdió a su amor y que hoy, tras 20 años, aun lo recuerda y ama con la misma pasión que entonces. «Amor sin esperanza»
La juvenil y encantadora Liz nunca imaginó que el viajar continuamente desde la ciudad al campo, y conocer al chico de sus sueños marcaría la historia de su vida.
Siempre veía cada viernes a Leonardo en la parada del autobús. Muy pronto sus miradas empezaron a encontrarse y por ellas destellaban rayos de alegría y deseos de acercarse el uno al otro.
En el verano siguiente Liz fue de vacaciones donde su abuela, un lugar apartado y de inmensa hermosura en la cúspide de una montaña, donde mágicamente también vivía el joven y apuesto Leonardo. No transcurrió mucho tiempo para que se produjera el primer encuentro. Fue una tarde de sol llena de alegría por la fiesta que se daba en la comunidad, él sigilosamente se acercó donde Liz para invitarle a una pieza de baile, donde se hablaron por primera vez y pudieron tocarse tímidamente al compás de la música. Sólo fue un preámbulo de todo el amor que seguiría en los días siguientes. Su primera cita se dio en un parque rodeado del hermoso cántico de las aves y el sonido del arroyo. No necesitaron mayores palabras para expresar sus sentimientos, sólo
necesitaban espacio e intimidad para declarar su amor. El primer beso fue dulce, tierno y apasionado, que los llevo a conocer la magia y el encanto del amor. Todo fue maravilloso durante ese verano, caminatas en el bosque, juegos, abrazos, besos, caricias… Liz cada día sentía más amor por Leonardo, pero acabado el tiempo de vacaciones debió regresar a la bullida ciudad, y que por la lejanía del lugar y el trabajo comprometido de Leonardo no pudieron mantener la relación a pesar de los esfuerzos y dedicatorias de amor que él enviaba a su amada Liz. Pasaron 4 años sin verse y por destino de la vida una noche negra y triste se reencontraron en un evento familiar, nuevamente sus miradas se cruzaron y fluyo el amor por todos los poros de su piel, hablaron animadamente y en el universo sólo existían ellos dos, por lo que en un momento de soledad ambos unieron sus labios y sus almas se juntaron nuevamente, donde el amor que estaba dormido despertó con ansiedad y dolor por el tiempo perdido. Ese beso fue tan intenso que dolía el corazón, sus cuerpos temblaron y se dijeron todo el amor que había en ellos, UN TE AMO PROFUNDO, nació de sus entrañas y se manifestó en el más grande abrazo y único beso que jamás Liz volvió a sentir o vivir. Ambos soñaron que nunca se acabaría su amor, y desde ahí empezarían una historia de amor con un final feliz. Sin embargo la vida o Dios tenían otros planes. No pasaron muchos días en una tarde de invierno, Leonardo como acostumbraba cruzó la laguna en una precaria embarcación y el viento iracundo volcó la nave llevando consigo el cuerpo y el alma del amante enardecido, que en las turbias aguas dio su último suspiro, llevándose consigo el amor y el corazón de Liz, quién aún sufre después de 20 años la triste historia que marcó su vida, y donde el amor se quedó suspendido esperando el milagro que nunca llegará y donde el horizonte cada día es más lejano….