El sueño inalcanzable

El sueño inalcanzable, o al menos eso creemos todos los que de algún modo, por nuestra timidez no somos capaces de expresar nuestro amor a la persona amada y luego nos queda ese dilema, que hubiese pasado si….. hay que ser valiente y enfrentarse a la situación, con el «no» como respuesta ya vamos, pero y si resulta que es «que si», que perdida de tiempo… Esta es la historia de RNCM.

Todo comenzó un día normal de clase en mi preparatoria, donde yo suelo hacer de todo menos esforzarme ya que parece ser que me falta motivación para estudiar, o al menos eso pasaba hace un año, cuando por primera vez vi a una chica, no muy alta con cabello castaño, que perfectamente podría ser una persona cualquiera, y eso fue durante muy poco tiempo, conforme pasaban los meses me olvidé que esa chica existía, hasta que terminé el semestre e ingresé al 3ero, fue entonces cuando volví a verla, ya que parecía ser que había sido cambiada de turno en el Colegio (yo siempre fui por la tarde y ella en la mañana), en ese preciso momento fue cuando comienza todo, de manera extraña y sin motivo aparente me empiezo a interesar por ella, todos los días cuando llegaba la hora del almuerzo (receso) salía de mi salón a buscarla y me limitaba a mirarla a la distancia, y así por mucho tiempo, hasta que un día inesperadamente me topé con su Facebook y decidí agregarla, a los pocos días me aceptó, yo muy contento comencé a revisar su perfil muy detenidamente, hasta que llegué al apartado de su información personal, dónde me enteré que ella era un año mayor que yo y que probablemente serían sus últimos dos semestres en el Colegio, aunque realmente era menos tiempo, ya que faltaban dos escasos meses para dar por terminado el semestre actual en ese entonces, por lo que quería disfrutar de mirarla mientras estuviese en la institución, así que me prometí pasar todas mis materias y entrar a las clases, y fue así como encontré una motivación para asistir con ganas al colegio, y así fue, termino el semestre , pase mis materias y mientras estuvimos de vacaciones, no tuve más que limitarme a mirar sus fotos, incluso llegué a saludarla el día de año nuevo, y esa fue mi única interacción con ella durante todo el tiempo, cuando regresamos a clase lo primero que hice fue buscarla por toda la escuela para asegurarme de que seguía en el mismo turno, y efectivamente, la miré, ahí parada con esa hermosa sonrisa que la caracteriza, cuando inició el semestre, recordé que ese sería el último en el que la vería, por lo que me prometí que tenía que hablar con ella antes de su graduación, al principio confiaba en mí, pero conforme pasaban los días y yo repetía la rutina de salir y observarla de lejos, fui perdiendo la seguridad, llegando a tal punto en que no podía ni siquiera pasar cerca de ella porque me entraba tristeza, tal vez para todo el mundo sea estúpido ponerse sentimental por alguien que no conoce, pero por alguna extraña razón así fue con ella, hasta que un día me levanté de un terrible sueño, que finalmente fue pesadilla, en donde yo hablaba con ella y no terminaba siendo como siempre soñé, estaba en vez de el carácter que yo imaginaba, una chica fría, borde, grosera y fue entonces cuando de unas semanas a otras, me olvidé de todo, como si de magia se tratase, había olvidado todo lo que sentí por ella y lo más importante y por la razón que todo ese tiempo quería hablarle, que era agradecerle por TODO lo que hizo por mi sin darse cuenta, ya que además de ser mi motivación para estudiar y pasar materias, fue la persona que me alegraba los días en los que tenía mal ánimo, únicamente con estar ahí o pasar junto de mí, sonriente, como siempre me hubiese gustado que me mirase, que cuando tenía problemas bastaba con mirarle unos pocos minutos y pensar que ella probablemente era feliz, entonces yo lo era también. Aunque si estoy escribiendo esto es porque tiempo después mis amigos notaron que dejé de interesarme en mirarla y que el día de su graduación no mostré ni una señal de alegría por ella. Así que hablaron conmigo y me recordaron lo que quería hacer, aunque fue demasiado tarde para agradecerle o siquiera hablar personalmente con ella, corrí a mandarle un mensaje con mi último deseo y propósito que tuve desde el primer día, y aquí me ves el día de hoy contando mi historia y a la vez escribiéndole todo lo que no pude decirle en persona, y pensando en que hubiera sido si hubiese tenido el valor de hablarle en su momento, si hubiese llegado a ser su amigo o alguien cercano a ella. Aunque ahora solo pueda recordarlo como algo estúpido de mi parte, que se sepa que no me arrepiento de nada.