La fuerza de tu amor me sostiene, no dejemos nunca que nuestra diferencia de edad sea un impedimento para estar juntos.
Era un día común, ella baja como de costumbre y se topa con el como todos Los días, ese día el cumplía pues ella espero para poder cantarle y desearle un feliz cumpleaños. Llega el momento de cantar y todos formando la pachanga le cantan, al terminar ella va por su pedazo de bizcocho y él la sigue hasta la cocina, el comienza con sus juegos y de repente la mira fijamente y le pide un beso, ella pasmada le dice NO, tanto le insistió y ella se lo dio. Desde ese día todo cambio entre ellos, se miraban con ojos llenos de locura, se hablaban más seguido. Días después ella se pone a pensar que él le lleva muchos años y eso la tenía confundida, pero a la vez se emocionaba al verlo, le encantaba estar con él, contaba las horas para poder bajar a verlo. Todo cambio, se sentaron a hablar y deciden estar juntos pase lo que pase, juntos sin importar nada. Pasan los meses y deciden hablar con la familia de ella porque ella era súper joven a su lado y creen que traería problemas, habla con su familia, el ambiente tenso, pero aun así dejan que sigan juntos, aunque la familia este un poco incomoda con la noticia. Pasan los meses, ellos más enamorados que nunca, él les presenta a sus hijos, todo era una chulería. Pero no todo es color rosa, en ese tiempo se dieron cuenta que ninguno es perfecto pues tuvieron problemas casi a punto de dejarse y no volverse a ver nunca más. Pasan unos 3 o 4 meses así pero nunca dejaron de buscarse, la cosa se calma y vuelven a hablar como dos locos enamorados y juran que todo lo que paso quedaría atrás, van a vivir juntos dentro de poco se van a casar y sabrá Dios con un milagrito para unirlos más.