UN RECUERDO DEL PASADO

Quizás un recuerdo del pasado sea solo eso, algo que recordamos de lo que fue y que no tiene por qué mantenerse tal cual en el tiempo. Permanecerá intacto en nuestra memoria mientras no ocurra algo que lo distorsione, unas veces para bien y otras para mal.

Felices y apasionados vivían su amor sin dar importancia a muchas otras cosas que sí la tienen, pero a veces la inocencia del amor no nos deja ver más allá de nuestras propias narices.

Javier y Rocío se conocían desde niños, juntos pasaron su infancia y su adolescencia compartieron juegos, amigos, colegio incluso sus familias pasaban juntas sus vacaciones. Ya desde muy pequeñitos se presuponía que su destino era acabar juntos como pareja. Fue pasando el tiempo hasta que surgió el amor entre ambos. Pasaron prácticamente juntos toda su vida hasta que el amor hizo por fin acto de presencia. Vivieron un noviazgo de película, sin privarse de nada y con el deseo mutuo de vivir a tope el momento. Congeniaban a las mil maravillas desde siempre y entre ellos no había mayor desacuerdo que leves discusiones de pareja pero que no llegaban a mayores. Juntos vivieron el fin de sus estudios, sus primeros besos su primer trabajo y poco a poco iban creciendo y madurando su amor. No se perdían una fiesta, un evento, un concierto etc. vivieron su juventud a tope. A la vez que maduraba su amor, también iban cambiando sus intereses comunes. Comenzaron a planear un futuro en común, en sus planes de futuro inmediato entraba la adquisición de una vivienda. Tras la vivienda venía la decoración de ésta, muebles, adornos y un sin fin de cosas que se ha de concretar para que todo esté a gusto de la pareja. Todo era preparado con mucha ilusión y cariño para que en el momento de mudarse a su propia vivienda pudieran disfrutarlo juntos. Con mucho sacrificio a veces, terminaron de preparar su hogar. Después de terminar con toda la parafernalia de la vivienda, decidieron tomarse un año de relax, antes de dar el paso definitivo.

Durante ese año se olvidaron de sacrificios anteriores y vivieron sin preocupaciones. Tras el año sabático decidieron darse el sí quiero, pero había que preparar la boda. El traje de la novia, el del novio, el banquete nupcial y la luna de miel. De nuevo hubo que sacrificarse un poco, pero lo hacían con gusto, sabían que pronto llegaría el momento de estar juntos para siempre, en su propio hogar y comenzar una nueva vida como matrimonio. Formarían una familia y serían felices para siempre.

Lo prepararon todo minuciosamente y pusieron la fecha del enlace matrimonial, todo iba sobre ruedas o al menos eso parecía. Pero no era así, Javier, durante los dos últimos años había llevado una doble vida. Quizás la monotonía  de tantos años juntos hizo que Javier cambiara así.

Poco antes de la boda Javier habló con Rocío y le dijo que había conocido a otra persona, que llevaba dos años con ella y que no sabía realmente de cuál de las dos estaba enamorado.

Rocío se quedó de piedra, no supo que decir, que hacer, como reaccionar. No pidió explicaciones, simplemente se dio media vuelta y se marchó a casa, Javier tampoco hizo por retenerla.

El camino de regreso a casa lo hizo ausente, sin prestar atención al camino ni al entorno que la rodeaba, iba como zombi. Al llegar a casa se encerró en su cuarto y lloró, lloro durante mucho tiempo, no daba crédito a lo que su pareja le había contado. Se sintió humillada, engañada, traicionada por el que hasta ahora había sido su amor.

Rocío habló con su familia para contarle lo ocurrido. Se disgustaron mucho, pero fueron civilizados y no montaron un escándalo, entendieron que si no estaban claros los sentimientos de Javier hacia Rocío, quizás fuese mejor que anularan el compromiso.

Javier también habló con su familia para contarles lo que le ocurría, ellos también se llevaron un gran disgusto y no supieron como aconsejarlo. No supieron o no quisieron meterse en los asuntos de la pareja, solo le dijeron que pensara muy bien lo que estaba haciendo.

En los días siguientes a los acontecimientos Javier y Rocío no se vieron ni hablaron. Ella estaba destrozada y él se debatía entre el amor de Rocío y el amor de la otra chica, a la vez que se sentía mal por lo que estaba ocurriendo, en ningún momento quiso hacer daño a Rocío y mucho menos traicionarla de aquella manera, pero quien gobierna el corazón cuando se desatan pasiones.

Javier no tuvo valor para hablar de nuevo con Rocío y ésta tampoco quiso hablar con él, así que fue pasando el tiempo y ambos se fueron distanciando. Rocío continuó con su soledad y Javier que en ningún momento era abandonado por la otra chica termino aferrándose a ella y con el tiempo terminaron casados.

Rocío sufría día a día, aunque Javier la había traicionado, ella lo seguía amando. Había sido su único amor, se conocían desde niños y toda una vida juntos no se olvidaba de la noche a la mañana y más, cuando junto a él había sido tan feliz y había vivido tantos momentos maravillosos.

Rocío no quiso rehacer su vida y se quedó con aquel recuerdo de lo maravillosa que había sido su vida junto a Javier.

La vida continuó para ambos, ella sola y el casado, pero para Javier no era un camino de rosas, su matrimonio no iba bien, eran continuas las discusiones y las desavenencias entre ambos. Tras un periodo de diez años de matrimonio y con una hija en común, al final terminaron por romper su matrimonio.

Tras aquella ruptura Javier no volvió a ser el mismo, se sentía fracasado, su matrimonio roto y su primera relación con Rocío destrozada por su culpa. Todo este vacío en su corazón hizo que se refugiara en el alcohol y se perdiera en la sombra de los vicios. Su vida estaba patas arribas y no veía la forma de encauzarla. Pero quizás el destino quiso darle una nueva oportunidad y tras un año de deambular  por la vida, nuevamente apareció Rocío en su vida. Ella nunca lo había olvidado y a pesar de todo lo ocurrido lo seguía amando así que al saber de su desdicha decidió acercarse de nuevo a él.
El comienzo fue un poco difícil, Rocío aunque lo amaba, no podía continuar lo que en su momento quedó atrás, pero aun así puso todo de su parte para que todo fuese bien. Javier por su parte estaba tan sumido en su desdicha que aunque agradecía la compañía de Rocío no podía evitar escapar a refugiarse en el alcohol.
Poco a poco la situación empezó a mejorar y entre ambos se fue normalizando la convivencia. Él comenzó a salir de aquel pozo oscuro y a prestar más atención a Rocío, ésta cada vez estaba más ilusionada y más esperanzada en que todo volviera a ser como antes.

Tras un periodo de un año más o menos, decidieron probar a convivir juntos como pareja. Buscaron una casa, ya que Rocío no tenía y Javier tuvo que dejar la suya a su exmujer y a su hija por resolución judicial y se trasladaron a ella. Cada mes, la hija de Javier pasaba un fin de semana con él y con Rocío. Al principio todo bien pero no tardaron en aparecer las primeras controversias entre ambos por la educación de la niña. El principal tema de discusión por este motivo era la pasividad de Javier por la educación de su hija. Rocío se implicaba todo lo que podía y más pero no contaba con la ayuda de Javier. Este tema de discusión se trasladó a la familia de él y evidentemente aquí la mala era Rocío. Esto trajo enemistad entre la familia de Javier y Rocío y malmetieron a Javier en su contra.

No tardo en volver a las andadas y empezó a frecuentar bares, Rocío pasaba mucho tiempo sola mientras él se iba de fiesta solo o con amigos. Muchas noches ella las pasaba en casa de sus padres por no estar sola. Todo comenzó a desmoronarse y la gota que colmó el vaso fue la llegada a oídos de Rocío de que Javier se veía a escondidas con otras chicas y esto era algo que ella no estaba dispuesta a tolerar de nuevo. Habló seriamente con Javier y le hizo saber que se marchaba, que no estaba dispuesta a consentir la situación que estaban viviendo, cogió sus maletas y regresó a casa de sus padres. Javier la llamaba por teléfono, le suplicaba que volviese que le diera una nueva oportunidad, pero Rocío entendió que sería inútil, que no había forma de cambiar la condición de Javier. Entendió, que todo lo que en el pasado había vivido con él, quedaba en el recuerdo, no había posibilidad de volver a vivirlo, sería para siempre eso «Un recuerdo del pasado».