Desamor

Maldigo el día en que decidí abrir la boca

Esta es una historia en la que seguro más de una persona se verá reflejada. Una amistad perdida por un amor confuso, aunque realmente amor si que hay o al menos hubo. Maldigo el día en que decidí abrir la boca.

Nunca juzgo personas por su aspecto, pero como chico inconscientemente me fijo en lo atractiva que es casi cualquier chica que conozca.

En tu caso solo pensé «meh». No te conocía como persona así que solo podía valorar tu físico y aunque ni de lejos eres fea, para mí no tienes ese atractivo que embruja a primera vista así que si me preguntaran diría que estas en la media-alta. Sin embargo, al poco tiempo me di cuenta de que eras interesante. Tus expresiones y tu habla denotaban inteligencia, aunque tu actitud parecía infantil. Lo cual me llevó a pensar que ocultas bajo esa fachada infantil una mentalidad sensata y única.

No me habría interesado por ti sin conocerte, aunque hubieses sido una diosa físicamente pues aprendí que eso no es lo importante. Sin embargo, esa personalidad me llamó la atención. Ya conozco gente con personalidades similares y los tengo como amigos y así es como te vi, como una amistad en potencia. Supe que quería conocerte y llevarme bien contigo y lo conseguí.

Por lo visto hay un estudio que dice que la mayoría de hombres confunden la amabilidad de las chicas con coqueteo y supongo que caí en esa estadística, pues con el tiempo empecé a creer que tonteabas conmigo por detalles varios que creí ver. Sonará pretencioso o fantasma, llámalo como quieras. De todos modos, yo seguía viéndote como la gran amiga que podías ser y pensé: Primero, es probable que solo me lo esté imaginando. Y segundo, no la veo así, aunque me parece una tía de p*** madre no noto atracción por ella.

Así que concluí que si me lo estaba imaginando no pasaría nada y si realmente tonteabas algún día me daría cuenta. Me limité a seguir hablando contigo, seguir conociéndote y todo perfecto.

Llegó un día en el que un conocido común me comentó, sin que yo dijese nada, que le parecía que yo te gustaba. Le dije que yo también lo había estado pensando pero que no podía estar seguro. Que una persona ajena a esto me dijese eso reforzó mis sospechas. La idea de que malinterpretase detalles sonaba factible si era yo quien los veía, pues es normal que uno «se eche flores” de vez en cuando, pero que otra persona viese lo mismo que yo ya no sonaba a imaginaciones mías. Los días siguientes estuve dándole vueltas a eso y me dije: Para mi es una amiga genial y por mi estamos bien como amigos. ¿Pero si fuésemos algo más habría algo malo? Intente imaginarme como podría ser y sinceramente me gustó lo que imaginé. Fue como si tu mentalidad potenciara tu físico y de alguna manera surgiese una pequeña atracción. Aquí quizás ya te veía con otros ojos y ni lo sabía. Si me caíste tan bien fue porque valoro la inteligencia, porque me gustó tu manera de ser, porque puedes ser la tía más alegre del mundo y disipar mis nubarrones un día y contarme como te angustian profundamente tus problemas al día siguiente, dejándome ver un lado más humano de ti. Porque vi que podía abrirme con total seriedad y confianza contigo.

Realmente para disfrutar de estas virtudes tuyas no necesitaba que fuésemos nada más que amigos. Los amigos están para estas cosas. Por otro lado, si había una posibilidad no tenía por qué cerrarme. El buen rollo seguía y sin planearlo me vi siendo yo el interesado. Probablemente fue aquí cuando empezaste a notarlo porque empecé a ver como que me frenabas cada vez que intentaba avanzar hacia ti. Y de ahí empezó el choque de ideas contradictorias, cuanto más te conocía mejor te veía, ganemos confianza rapidísimo y estaban esas señales ilusorias; pero a la vez parecía que querías mantenerme a una distancia prudente.

Cuando empiezo a darle vueltas al mismo tema se me hace imposible parar, y no paro de imaginar posibles resultados según lo que yo haga al respecto. Valorar tantas posibilidades suele llevarme o a un bloqueo en el que no hago nada, o acabo eligiendo una opción al azar si me canso antes de bloquearme y la cago. Las opciones más sólidas eran básicamente:

-He malinterpretado las señales y me ve como amigo ( pensaba cada vez que me alejabas ), -Puede que si le interese pero no esté para líos ( pensaba cuando volvía a confundir señales o me contabas tus ultimas experiencias en relaciones ), incluso si mi cabeza se ofuscaba llegaba a plantearme si jugabas conmigo, si me querías tener detrás para tu propia satisfacción ( con la mente despejada esta opción se desvanecía pues no te creo tan fría ). El caso es que esos días se convirtieron en una tortura mental.

Un día me reunía con mis colegas y casualmente estaban hablando de chicas, me preguntaron qué tal me iba a mí en ese aspecto y les hablé de ti.

Básicamente lo resumí en:

Bueno hablo bastante con una chavala de clase, es super maja, me cae super bien y tal, parece que conectamos y me encanta como piensa, pero diría que solo somos amigos, aunque a veces me parece que podría haber algo. Pero no sé…

A lo que un colega me respondió:

Entrada Relacionada

-A ti te gusta?

+Se podría decir que me empieza a gustar.

En ese momento me dio el consejo más cierto que he oído nunca. Y a día de hoy no puedo quitarle la razón. Me dijo:

-Pues ahora que estas a tiempo pregunta y aclara. Por una simple razón, si te llevas a la hostia ahora, dolerá pocos días, pero arrancarás ese sentimiento que aún no ha arraigado y podrás superarlo y con suerte salvar la amistad. Si te callas, sigues con las dudas y ese sentimiento crece y arraiga, la hostia te «matará», y si tu «mueres» la amistad morirá contigo.

Seguí dándole vueltas, pensé que tenía razón y empecé a pensar en cómo podría hacerlo.

Esa semana estabas de viaje, y mi rallada era tan grande que no supe esperar hasta que volvieses. Sabía que decirlo por chat sería mala idea, me parecía cobarde y poco expresivo, pero caí. Creía que me volvía loco con la duda comiéndome y me dije: A la mierda, que sea lo que dios quiera. Sabía que era mala idea antes y me arrepentí después, pero lo hice. No supe elegir las palabras y planteé mi duda de manera algo confusa. Algo que podría haber resumido con una simple pregunta: ¿Que soy para ti? Era lo único que necesitaba saber, pues si sabía cómo me veías tú, sabría como verte yo. Supongo que más o menos me entendiste y tu respuesta fue que éramos amigos. Por supuesto que dolió, no voy a negarlo. Pero hice lo que me aconsejaron. Arranqué ese sentimiento y el luto duró poco. Al fin y al cabo, solo tenía que volver a verte como te veía hacia pocas semanas. Me mentalicé de que solo seriamos amigos y me propuse que todo siguiese igual. Seguir siendo los buenos amigos que éramos y con esa idea fui el día que volviste y nos vimos.

Todo estaba bien, el dolor no había sido grave y podríamos seguir siendo amigos. Me había quitado un peso de encima y sentía que ahora podríamos llevarnos incluso mejor porque si ahora veía señales de nuevo, sabría que son parte de tu personalidad, que no significaban lo que yo creía y ya no dudaría al verlas. Sin embargo, no fue así de fácil. Nuestra amistad estaba fría, tensa o incomoda. Y entiendo que yo fui el detonante, asumo la culpa. Yo fui el que abrió la boca para protegerse. Y me suena egoísta por mi parte porque puse en juego la amistad para ello. Y ahora mismo es lo que más me duele, haber jodido esta amistad.

Al final hablemos de la tensión, pero no de lo que te dije por chat. Dijiste que no tenías nada que decir por lo que yo tampoco quise añadir nada. Aunque me habría gustado dejar claro que para mí fue una atracción de lo más común, nada del otro mundo. Que prefería que lo viésemos como una anécdota de la que podríamos reírnos en un futuro y no como un tema tabú que debamos evitar. Ya que no me heriste gravemente y por eso no teníamos porque dejar de ser amigos. Solo quise aclarar la duda, no fue una proposición de ningún tipo. Pero solo dijimos que estaba todo bien y seguiríamos como siempre.

Y aunque más o menos lo vamos consiguiendo algunas veces vuelvo a notar la incomodidad y ya no sé cómo evitarlo.

Se que yo soy el callado con el que cuesta hablar y que estoy más serio desde entonces. Pero tú tampoco eres la misma conmigo y no te recrimino nada. Es lógico que te resulte incomodo si no sabes lo que pasa por mi cabeza, a mí me ocurre algo así.

Yo siempre he sido reservado y me empecé a soltar contigo porque tú me hablabas y me animabas a soltarme, ahora mi introversión se ve acentuada por haberme sincerado de una manera de la que no estoy orgulloso.

Y si veo que ya no me buscas para reír, ya no vienes tanto donde esté yo, ya no me cuentas tus problemas, incluso nos llegamos a evitar las miradas; aún se acentúa más. Nunca te he visto como una persona vergonzosa e imagino que no debes saber lo jodido que puede ser, ser tan reservado para estos temas. Es como si nada de lo que piensas fuese buena idea decirlo y acabas callando.

Dando la imagen de borde o enfadado, pero realmente solo quiero que vuelvas a ser la de siempre para poder ser yo el de siempre también. Me habría gustado decirte todo esto, que pudieses entender los motivos que me llevan a actuar así y que me explicases tu punto de vista para poder entenderte yo a ti.

Quizás nuestra amistad ya no tiene arreglo o quizás la única esperanza es que el tiempo lo cure. En cualquier caso, sabes que siempre estaré para lo que necesites.

Comparte esto

Twitter Facebook
Compartir
Publicado por
Historiasromanticas

Nuevas entradas

Un amor en navidad.

Un primer amor siempre es especial, pero mas especial es aun si ese amor es…

9 meses hace

Sombras en el corazón

Porque nos empeñamos en destruir la belleza del amor, una traición a un amor verdadero…

9 meses hace

Amor prohibido y dolor

Amor prohibido y dolor siempre van de la mano, y aunque creamos que controlamos la…

9 meses hace

Artistas enamorados

Verano, época propicia para esos amores apasionados, amores que se encuentran sin buscar y que…

9 meses hace

Corazón herido

Como decirle adiós al amor de tu vida, como dejarlo ir sin sufrir y sin…

10 meses hace

soy gay

Hola soy una chica que le gusta los dos sx pero no quiero que lo…

10 meses hace

Este sitio web utiliza cookies para mejorar la experiencia del usuario