Para amar hay que ser atrevida

Difícil comienzo cuando no se tiene claro la identidad sexual de uno mismo, más difícil aun cuando ni siquiera te lo has planteado, pero en tus adentros sabes que hay algo que no está como debería. Dulce recompensa cuando por fin descubres el verdadero amor con tu misma identidad no sin antes haber sufrido y haber librado batallas de las que nadie sabe. «Para amar hay que ser atrevida«. Esta es la historia de Esperanza.

Todo comenzó un día camino a la escuela, estaba tan vacía y con tantos problemas que mi esperanza estaba solo enfocándose en las ganas de sentirme querida.
Escuchaba como hablaba la gente del amor y tenía curiosidad, me transportaba por momentos imaginaba historias de final feliz. Y lo conocí a él un muchacho simpático para todos mis amigos pasábamos tiempo juntos y una noche falte en casa y entre besos entregué mi cuerpo con miedo y sin gusto me quede.
Decidí dejarlo esa noche aprendí que él no estaba en mis historias de sueño.
Seguí mi rumbo y probé otros cuerpos, pero nunca me sentí satisfecha.
Hasta que una noche de verano te vi, estabas hermosa, tenía una mirada dudosa, pero me llamaba la atención.
Decidí atreverme con un beso y hoy estoy viviendo una historia de amor. Somos dos mujeres con historias, con dolor, pero enamoradas porque para el amor hay que ser atrevido.