El destino quiso que Alberto se reencontrara con Silvana. Ambos formaban una perfecta combinación, él enamoradizo y ella toda una seductora a la cual le encantaba el juego del amor.
En el pasado, Alberto y Silvana habían sido pareja, pero su relación fue tormentosa desde el principio y terminó por acabarse. Ambos rehicieron sus vidas, se casaron y formaron una familia y vivieron felices hasta que se produjo dicho reencuentro.
Tras tantos años, las rencillas que existieron entre ambos carecían de importancia, así que iniciaron una nueva etapa de amistad, con cordura, dejando atrás todas aquellas tonterías de juventud que terminaron por separarlos.